Si a alguno de los candidatos de las elecciones autonómicas del 4-M en Madrid se le va a hacer corta la campaña electoral es a Mónica García (Madrid, 1974). La “madre, médica de la sanidad pública y candidata de Más Madrid”, como le gusta presentarse en público, recibió el jueves a La Vanguardia en la sede del partido en la Gran Vía de la capital y al calor de unos sondeos que no dejan de engordar sus opciones. Aspirando a pasar de la cuarta posición cosechada en los comicios del 2019 –con Íñigo Errejón como candidato– a la segunda. Algunas encuestas le sitúan por delante del PSOE y detrás de Isabel Díaz Ayuso de quien García se convirtió en el azote durante la pasada legislatura.
Está en riesgo lo importante, lo cotidiano. Tanto lo que ha fallado durante la pandemia, como son nuestro sistema sanitario y educativo, como todo lo que se ha deconstruido durante estos años de gobiernos del Partido Popular que han profundizado en una brecha que nos ha llevado a ser la comunidad más desigual de España. Es un problema sociológico de la Comunidad de Madrid. El divorcio con la política de los barrios y distritos que más lo necesitan no es nuevo porque la política no se ha ocupado de las cosas importantes en estos 26 años del PP. Entendemos que haya gente que no se sienta representada. La pandemia ha venido a confirmar que hemos tenido un gobierno que, lejos de haber estado preocupado por lo que pasaba en las calles, los colegios, los centros de salud o las residencias, ha estado preocupado por la confrontación y el espectáculo. Y ese divorcio lo sufren más los barrios humildes. Por eso desde Más Madrid entendemos que, haciendo una política centrada en lo cotidiano es la manera de reconciliar a la gente.
Nosotros llevábamos muchos meses trabajando en ello. Incluso creamos una Mesa de Emergencias a la que invitamos al resto de grupos políticos con la intención de conformar un gobierno alternativo en Madrid. Pero no teníamos los números. Nos faltaba Ciudadanos, que ha sido rehén de su propio síndrome de Estocolmo y no ha sido capaz de ver que, si hubiera puesto a los madrileños y madrileñas por delante de sus propios sillones, ahora incluso no estaría en la situación en la que está. Esperemos que ese gobierno alternativo sea posible el 4 de mayo. Nuestra manera de hacer política, que es exportable, está centrada en la Comunidad. Precisamente una de las ventajas por las que hemos sido una oposición contundente a la señora Ayuso se debe a que no consideramos Madrid como moneda de cambio de ninguna otra política.